viernes, 11 de abril de 2008

Caída del Cielo

Fresca y pura has caído del cielo
Para fecundar el árido desierto
Para hacer producir al verde campo.

Ya veo brotar las flores en invierno
Los campos ponen sus alfombra en otoño
La primavera es una fiesta de color
El verano fresco por tu presencia

Rocío matinal, mojas la cabeza del peregrino
Que muy temprano ha comenzado su camino
Y no se detendrá hasta la tercia ver andar.

Llovizna de medio día, refrescas al caminante
Que en esta mañana no se ha detenido
Sino que sigue su camino, más feliz, no vacilante
Y no se detendrá hasta las vísperas ver pasar.

Lluvia de la tarde, empapado me has dejado
No te vayas de mi lado, déjame así mojado
Que tu agua penetre mis entrañas
Y no me detendré hasta la noche ver llegar.

Agua caída del cielo, la tierra árida has fructificado
No se encoje el corazón del campesino al ver su cosecha
Lleva el pastor a su rebaño a las riveras de tu río
Donde el pasto es más fresco, y se bebe sin resfrío.

Quien se topara contigo en domingo caluroso
Refresca su vida, recibe tu aliento
Para andar por praderas oscuras, por valles sinuosos
Pues Tú, “agua viva” lo sostienes.

Alcanzarte Sol de mi horizonte

Me levantaré y correré
Correré, nadaré, volaré si es posible
Por alcanzar ese Sol que brilla en el horizonte.

Sol alto y cercano, por el que dejaría casa, padres, familia, amigos
Por el que me enfrento al animal salvaje
A todo el mundo su es posible y necesario.

Oh Sol Dorado, primicia del Nuevo Día
Eres el Primero y Último en el firmamento
Y aunque oculto para que siempre estas ahí
Esperando que te busque, esperando que espere
Para calentar mi muchas veces tibio corazón.

Calienta hasta mis entrañas, calor del centro de la tierra,
Para que crezca mi ardor de amor,
Para que me queme el corazón y me levante,
Corra, nade, vuele si es posible,
Con tal de alcanzarte oh Sol que brilla alumbras horizonte.

En otoño ya no caen las hojas

Hace un año te veía, alfombra marrón
Otoño, las hojas caían por tu causa y lo verde ya no se veía
El cielo se volvió gris, invierno ya llegaste,
Frío y tristeza, nadie quiere salir.
Y aunque tembloroso, el corazón no sucumbe
Pero volviste a florecer, aunque no como de costumbre,
Primavera otoñal, ya no eras la de antes.

Y volvió el astro rey, más brillante que nunca
Calentando el corazón, que temeroso se enfrió

Ya te acercas otoño, y las hojas ya no caerán
Porque he conocido la savia que las hace madurar
Verdes se mantendrán por siempre los árboles frutales
Y frutos sabrosos aprenderán a dar.

En otoño ya no caerán las hojas, no se verá más la alfombra oscura
Todo brillará con el verde de la esperanza,
Todo cantará porque las flores no se secan más
Las mariposas y las aves no tendrán que emigrarJunto a nosotros se quedarán, para vernos retozar.