Me creaste de la nada, Señor.
Insuflaste tu Espíritu sobre mí
Y a la vida me convocaste.
Y cuando me hube hecho nada,
Por erróneas decisiones,
Volviste a darme tu Espíritu
Y a una vida nueva me llamaste.
Y cuando mis pies no puedan ya andar,
Cuando la noche haya caído sobre mis ojos,
Cuando por la ley de mi raza me haya vuelto nada,
Soplarás sobre mí tu espíritu…
Me volverás a llamar, para habitar un sinfín de días, tu casa.
viernes, 22 de febrero de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)