Yo no nací, sino que
fue mi madre quien me dio a luz
y no fue ese mi primer día de vida
sino que estaba ya yo formado.
Y cual árbol-altar
crecí viviendo de mi anhelo
sin andar muy lejos,
sin correr muy cerca.
Y mientras las aves en mi anidaban
se fueron extendiendo mis ramas
a lo alto de los cielos
y pude abrazarte, mi dulce anhelo.
jueves, 9 de agosto de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario