Que dulce y anhelada es la llegada de la vejez
y con ella la promesa de la muerte,
de la transformación, del paso a…,
para quien sabe que con la muerte no termina todo,
sino que es tan solo un paso más en el caminar,
un itinerario más en el peregrinar hacia la vida eterna, definitiva.
sábado, 17 de enero de 2009
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